En los videos que se encontraban ajuntados a la consigna se encontraban distintos fragmentos de dos excesos relatores de historias cómo lo son René Lavand y Alejandro Dolina.
El primero, uno de los ilusionistas más reconocidos de nuestro país, que combina su espectáculo de entretenimiento con el arte del relato y la poesía, haciéndolo un arte que llega de mejor manera al corazón de los espectadores.
Cómo todo buen narrador, mantiene un ritmo ameno y pausado, generando una paz que te mantiene en vilo de como seguirá el relato que está esbozando, mientras maravilla con su show de ilusión.
En el caso de Dolina, es un narrador que arma de gran manera la escena del relato, generando que el puente se meta de lleno en aquello que está contando y logra mantener su atención con un lenguaje cotidiano y de fácil comprensión.
A esto se le suman las pausas en los momentos indicados, interesantes reflexiones y explicaciones cuando el momento lo amerita.
Personalmente lo que más admiro es el manejo de la información, como llevan la historia de manera delicada para mantener la expectativa hasta el final del relato, de manera amena y sin esfuerzo, haciendo parecer fácil aquello que no lo es.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario