Joaquín Fernandez Vila
Comisión 07
Modalidad Individual
Escenas de lectura
A la hora de pensar en momentos de
lectura, es fácil recordar aquellos que te impactaron por su calidad o por aquéllas
que lo hicieron por la falta de la misma. Sin embargo, son pocas las lecturas
que dejan una marca inherente en la vida de una persona, y son las escenas de
tal calibre en las que decido poner énfasis en este texto.
La primera se remonta al año 2009,
en aquel entonces yo podía pensar en muchas cosas que me gustaban, pero no se
me ocurría nada en lo que fuese un apasionado. En ese contexto personal, salió
la primera edición de la revista Tiki
Tiki, una revista con un contenido que giraba alrededor del fútbol a través
de una mirada divertida y relajada.
Aquella primera tirada fue la
primera de más de cien que pasaron por mis manos y fue el puntapié inicial de
una pasión por el fútbol que sigue vigente hasta el día de hoy.
Dos años más tarde, una amiga de mi
mamá me regaló para mi cumpleaños de diez años un libro que se llamaba Dos asesinos, un muerto y tres obleas,
más allá de ser un libro bastante simple y plagado de imágenes, se convirtió en mi libro favorito en aquel entonces. No solo porque se resolvía el caso gracias a una bolsa de
obleas (que eran, sin lugar a dudas, mis galletitas favoritas) sino que me
introdujo al género policial, que es, hasta la fecha, mi género literario
favorito.
Si bien estas lecturas no fueron
las mejores en términos de calidad literaria, me marcaron porque despertaron
pasiones y me abrieron la puerta a mundos nuevos, que se quedaron conmigo desde
ese momento y me acompañaron a lo largo de estos años.
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