Lo que pasó fue el tiempo
Objetos: taza, pelota roja y blanca a rayas, moneda escudo de fútbol y muñeco negro sin brazos (no encontré 5 objetos)
Al salir de la pequeña de la estación de tren y caminar por las calles de tierra, veía como si todo estuviese igual, como si nada hubiese pasado. Al pasar por la puerta de la escuela a la que atendió durante las primeras etapas de su educación hizo que palpe con su mano el bolsillo derecho de su mochila. Allí era donde estaba siempre guardado el pequeño juguete negro y sin brazos que usurpó en el jardín de infantes y usaba como amuleto de la suerte hasta el día de hoy.
Tras una larga caminata, finalmente llegó a las casa de sus padres, a medida que le daba vueltas a la llave lo invadían la nostalgia y los recuerdos,´pero esperaba con ansias que el perro de sus padres le salte encima para jugar, luego de darle un empujón fuerte a la puerta, como en los viejos tiempos, pudo entrar a la casa de su juventud. Sus padres no estaban allí y tampoco el perro, todo se encontraba como si estuviesen esperando su vuelta, como si nada hubiese pasado. Las sillas del comedor estaban desordenadas, los platos en la mesa esperando ser lavados, los juguetes del perro desparramados por el piso, las cortinas entreabiertas y la taza tan característica de mi madre al lado de la tetera, esperando a que ella vuelva para llenarse.
De a poco fue acercándose a la habitación donde dormían sus padres y se lanzó sobre la cama, imagino que a ellos no les molestaría que descanse un rato allí. Tras un rato largo esperando a sus padres en la cama logró observar, sobre la mesa de luz de su padre, la moneda con el escudo de su equipo favorito, llena de polvo, al recordar lo mucho que él la amaba y decidió limpiarla con la manga de su remera, tras frotar la moneda por un rato largo entró en una tristeza absoluta, se dio cuenta que el perro no jugaría con él, que la taza no se llenaría de té y que si había pasado algo, lo que paso fue el tiempo.